“Nuestros líderes deberían estar abocados a la paz y la prosperidad universal, un objetivo particularmente vital en este momento crucial que está viviendo el mundo. Las prioridades inmediatas son poner fin a la guerra de Ucrania, enfrentar las secuelas de la pandemia y encarar la inflación y la deuda”, reflexiona Eccio León, analista económico y financiero venezolano, quien conversó con El Especialista en días recientes.
Prosigue León que lo primero, la pandemia, que trastoca nuestras vidas y nuestras economías, y que aún no ha terminado, debe solucionarse. El virus continúa propagándose y podría producir variantes aún más contagiosas ó lo que es peor, más letales causando nuevos trastornos y profundizando la divergencia entre los países ricos y pobres. Segundo, la invasión rusa en Ucrania, que ha devastado la economía del país, ha producido ondas sísmicas que repercuten en el mundo entero.
Opina el experto que: “El sufrimiento de hombres, mujeres y niños en Ucrania, entre ellos más de 11 millones de personas desplazadas. Nuestros pensamientos y corazones están con ellos, sabemos lo que se siente”.
Las consecuencias económicas de la guerra se propagan rápido y lejos. A los países vecinos y más allá, golpeando con especial dureza a los segmentos más vulnerables de la población mundial. Cientos de millones de familias ya estaban luchando con un bajo nivel de ingresos y con el encarecimiento de la energía y los alimentos, reflexiona León.
La guerra ha agravado mucho su situación y amenaza con profundizar la desigualdad. Por primera vez en muchos años, la inflación es un peligro claro y presente para muchos países de todas las regiones. Constituye un enorme revés para la recuperación mundial. En términos económicos, el crecimiento disminuye y la inflación aumenta. En términos humanos, los ingresos de la gente disminuyen y las penurias aumentan.
“Estas crisis y nuestra capacidad para enfrentarlas se ven complicadas por otro riesgo creciente: la fragmentación de la economía mundial en bloques geopolíticos, con diferentes normas comerciales y tecnológicas, sistemas de pagos y monedas de reserva”, añade Eccio León.
Ese cambio tectónico acarrearía penosos costos de ajuste. Las cadenas de suministro, y las redes de producción se quebraría y sería necesario reconstruirlas. Los países y las personas pobres sufrirán lo peor de estas dislocaciones. Esta fragmentación de la gobernabilidad mundial podría ser la amenaza más grave para el marco basado en reglas que ha regido las relaciones internacionales y económicas durante más de 75 años y que ha contribuido a mejoras significativas de las condiciones de vida en el mundo entero.
Un punto clave a considerar según Eccio León son las medidas que tomen los gobernantes hoy juntos, serán determinantes para el futuro. No podemos dejar de pensar en el Bretton Woods de 1944, cuando en medio de las oscuras sombras de la guerra, los líderes mundiales se reunieron para contemplar un mundo mejor. Fue un momento histórico de valentía y cooperación. Hoy, enfrentados a mayores retos y decisiones más complicadas, necesitamos ese espíritu de comprensión y amor por el prójimo.
“En enero el crecimiento mundial fue de 4,4% para 2022. Desde entonces, las perspectivas han empeorado sustancialmente, en gran medida debido a la guerra y sus repercusiones. La inflación, el endurecimiento de las condiciones financieras mundial y las amenazas continuas de invasión a Taiwán por parte de China”, opina León.
El precio de las materias primas ha mejorado las perspectivas de crecimiento de muchos exportadores de petróleo, gas natural y metales. Pero estos países también sufren el impacto de la agudización de la incertidumbre, y sus ganancias están lejos de compensar la desaceleración mundial global, atribuible en gran medida a la guerra, explica el analista.
“En fin, en los últimos años, el mundo ha sufrido una segunda crisis grave, una guerra que se ha sumado a una pandemia. Estos riesgos borran gran parte de los avances logrados en los últimos 3 años frente a la COVID. A esto se añade el creciente peligro de la fragmentación en bloques geopolíticos y económicos”, concluye Eccio León.