El Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos hará un llamamiento claro a la acción para que entidades públicas y privadas adopten medidas encaminadas a reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos (PDA) en aras de la transformación de los sistemas agroalimentarios a fin de contribuir al logro de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Entre 691 y 783 millones de personas padecieron hambre en 2022, con un rango medio de 735 millones (FAO, 2023). Aunque el hambre y la inseguridad alimentaria persisten, se calcula que se pierde el 13 % de los alimentos mundiales en la cadena de suministro, entre la etapa postcosecha y la venta al por menor (FAO, 2022); además, se desperdicia otro 17 % de alimentos en los hogares, los servicios alimentarios y el comercio al por menor (PNUMA, 2021).
Actualmente, muchos de los sistemas agroalimentarios del mundo no son sostenibles, ya que degradan los terrenos agrícolas, contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y la pérdida de biodiversidad y consumen aguas subterráneas. Los sistemas alimentarios también son vulnerables a las perturbaciones externas, tanto climáticas como de otro tipo, debido en parte a los efectos en el medio ambiente.
La reducción de las pérdidas y el desperdicio de alimentos puede contribuir de forma decisiva a la transformación de los sistemas agroalimentarios al aumentar la disponibilidad de alimentos, mejorar la seguridad alimentaria y las dietas saludables y crear resiliencia.
Además, constituye una estrategia climática clave para reducir las emisiones de GEI. Por tanto, puede ayudar a los países y las empresas a aumentar la ambición climática, al tiempo que ayuda a conservar y proteger nuestros ecosistemas y recursos naturales, de los que depende el futuro de los alimentos.
En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y más concretamente en la meta 12.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), se pide reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro. En la meta 16 del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, entre otras cuestiones, se anima a: “para 2030, […] reducir a la mitad los desechos de alimentos en el mundo”.
Para influir positivamente en el avance de la transformación de los sistemas agroalimentarios, que genera beneficios tangibles para las personas y el planeta, es necesario acelerar de inmediato el ritmo de las iniciativas para reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos en aras del logro de la meta 12.3 de los ODS y de la meta del Marco Mundial.
Fuente: FAO.