El Fondo Monetario Internacional advierte a los países, en su Informe de Perspectivas Económicas Mundiales, publicado este martes, que los ajustes fiscales incluyendo las subidas drásticas de impuestos pueden provocar «un ciclo negativo de desaceleración de la actividad».
Es por eso que en sus perspectivas para 2024 recomiendan hacer «ajustes fiscales graduales» para hacer frentes a shocks futuros y corregir la deuda, sobre todo en el caso de los países de ingresos más bajos.
Con todo, aguardan que este año los países hagan un endurecimiento de sus políticas destinadas a frenar los altos niveles de deuda pública, a través de subidas de impuestos y menor gasto público, «lo que afectará al crecimiento mundial». Por ello, tanto la política fiscal como monetaria serán los mantras económicos de este 2024.
Las perspectivas de crecimiento han variado poco o nada con respecto a su informe de enero de este año. En la parte del crecimiento, esperan que la economía global «seguirá creciendo a un ritmo similar al de 2023» este año y el que viene. Han revisado una décima al alza con respecto a sus perspectivas de inicios de año, quedando para el cierre de este ejercicio y el que viene una expansión del 3,2%.
«Hay pocos cambios en las previsiones de crecimiento mundial con respecto al informe de enero de 2024, con algunos ajustes en las principales economías, incluido un mayor fortalecimiento de la proyección para Estados Unidos, compensado por modestas revisiones a la baja de todos los países». Aunque recuerdan que las proyecciones para 2024-2025 están «por debajo de la media anual histórica» (2000-2019) que se situó en el 3,8%, recalcan.
Así, para Estados Unidos se prevé que cierre 2024 creciendo a un 2,7% (seis décimas más que lo previsto en enero) para, posteriormente, ralentizarse al 1,9% en 2025. Precisamente, esa ralentización en 2025 será provocada por un ajuste fiscal gradual y el debilitamiento de los mercados laborales que provocarán una contracción de la demanda agregada.
Por su parte, la economía de la zona euro se comportará peor. La revisión para este año del FMI es a la baja y el que viene será igual (-0,1%), quedando un tímido crecimiento del PIB del 0,8% para 2024 y una ligera recuperación del 1,5% en 2025. Argumentan que se espera que los efectos del shock en los precios de la energía y una caída de la inflación respalde el crecimiento del ingreso real de los ciudadanos y eso impulse la recuperación.
Alemania será el gran lastre este año en la zona euro, seguido por Francia. La locomotora de Europa sufre una revisión a la baja de una décima con respecto al informe del FMI de enero, con un crecimiento del 0,2% este año y la tímida recuperación al 1,3% en 2025 (dos décimas por debajo de lo previsto a inicios de año por la entidad). Los galos tendrán un comportamiento similar, creciendo solo siete décimas el PIB en este ejercicio y un 1,5% el año que viene. En ambos años la revisión es a la baja en tres décimas con respecto a enero.
Aunque la desaceleración de las dos grandes de la UE se verá compensada «en gran medida por mejoras en varias economías más pequeñas, incluidas Bélgica y Portugal», aseguran desde el FMI.
Italia se mantendrá completamente estática, con un crecimiento tanto este año como el que viene del 0,7%, con una revisión a la baja de cuatro décimas en 2025 con respecto a las predicciones de enero.
Finalmente, España será la economía de las cinco grandes de la zona euro que más crecerá. Para este año el FMI ha hecho una revisión al alza del crecimiento en cuatro décimas y sitúa la expansión del PIB en el 1,9% y para 2025 la deja exactamente igual (2,1%).
De igual manera, esperan que el crecimiento en China se desacelere hasta el 4,6% desde el 5,2% de 2023, a pesar de que el Gobierno de Xi Jinping se ha marcado como objetivo este año crecer un 5%. En el primer trimestre registró un crecimiento del 5,3%, según los datos conocidos este martes. Para 2025 el crecimiento será del 4,1%.
Esta ralentización seguirá en el tiempo «a medida que se vayan desvaneciendo los efectos positivos de factores puntuales -incluido el impulso postpandémico al consumo y el estímulo fiscal- se alivien y el debilitamiento del sector inmobiliario persista», argumentan.