Por Isabella Pérez

El comercio binacional entre Venezuela y Colombia ha experimentado un desarrollo positivo desde la apertura de la frontera, lo que ha generado un ambiente favorable para la creación de una Zona Económica Especial Binacional (ZEEB). Esta iniciativa, basada en aportes coordinados, busca fortalecer la cooperación entre ambos países, especialmente en las regiones fronterizas del estado Zulia y el departamento de Norte de Santander.

La ZEEB se plantea como un espacio de cooperación enfocado en los sectores industrial, tecnológico, financiero, turístico y agroalimentario. El objetivo principal es crear un marco de trabajo conjunto para el desarrollo coordinado de estas áreas, mediante beneficios fiscales que incentiven la producción y el comercio.

En este sentido, se destacan sectores productivos claves como la agroindustria, la producción de calzado, la industria textil, farmacéutica y la ganadería. La intención es generar condiciones propicias para el intercambio comercial y la integración económica en estas áreas.

Uno de los planes más relevantes que se viene desarrollando es la promoción de cadenas productivas binacionales, especialmente en productos de alto interés como el cacao y el café, dos cultivos emblemáticos para ambas regiones. La coordinación en estas áreas permitirá fortalecer la producción agroalimentaria primaria, que incluye además frutas tropicales, musáceas, caña de azúcar, tubérculos y productos lácteos.

Asimismo, el diálogo entre Venezuela y Colombia ha mostrado avances significativos, evidenciados en el acercamiento entre las autoridades locales y nacionales. Este acercamiento ha permitido definir ámbitos de trabajo conjunto, como la reactivación de proyectos turísticos fronterizos y la promoción de inversión en hotelería e infraestructura.

La ZEEB entre Venezuela y Colombia representa una oportunidad estratégica para dinamizar el comercio y la industria en las regiones fronterizas, fortaleciendo sectores tradicionales y promoviendo nuevas cadenas productivas. La coordinación en áreas como la agroindustria permitirá consolidar un modelo de desarrollo binacional sostenible y beneficioso para ambas naciones. El éxito de esta iniciativa dependerá del continuo diálogo para crear un entorno propicio que reactive la economía fronteriza y fomente la integración regional.